Preparación: En una cazuela a fuego vivo, con aceite, poner los cuatro dientes de ajo enteros
machacados. Añadir los trozos de toro enharinados (no demasiado), dándole vueltas
con una cuchara de palo hasta que empiece a tomar color. Echar una buena chorrotada
de vinagre, dejando que reduzca. Rebajar el fuego y añadir la cebolla bien picada
y la zanahoria cortada en rodajas finas, dejando hacer lentamente. Remover de vez
en cuando con cuchara de palo hasta que se dore la cebolla. Si el fondo de la cazuela
tuviera una capa de harina que no se haya soltado con el vinagre, cambiar de
cazuela. Cuando se hayan dorado las verduras, se añade el vino, poniendo el fuego
más fuerte para que reduzca y evapore el alcohol, bajando nuevamente el fuego hasta
que se termine de hacer el toro, añadiendo caldo si hiciera falta. Se sazona y se añade
la pimienta. Conviene que quede un poco caldoso porque la patata chupará una parte
del mismo. Añadir la patata entre 15 y 20 minutos antes de terminarse. Si no hay toro,
sirve rabo o vaca. Se puede guardar durante 3 ó 4 días (estará mejor que recién
hecho). Cuando se piense servir, calentarlo y añadir las patatas “cascadas”, previamente
fritas y escurridas y que se dejarán en el guiso durante 10 ó 15 minutos para
que cojan el sabor. ¡BUEN PROVECHO!
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